En estas sesiones individuales las manos del profesor escuchan, interpretan, y dirigen al alumno a través de variaciones de movimientos que sirven para conducir el aprendizaje. Es una práctica personalizada.
Los principios son los mismos que en las clases de grupo sólo que el profesor, en este caso, propone movimientos al alumno con sus manos, según sea la necesidad que manifieste la persona en cada sesión. En ambos casos se invita al alumno a reconocer sus propias características a la hora de moverse y a experimentar distintas opciones motoras.
Poniendo de manifiesto los hábitos posturales, el profesor a la vez que ayuda a encontrar nuevos esquemas neuromusculares, crea alternativas para mejorar dichos movimientos.
Es una tarea que realizan conjuntamente profesor y alumno. En la interacción de ambos es que aparecen las nuevas alternativas a movimientos olvidados.
La Integración funcional@ permite de esta manera aliviar las tensiones y aprender a detectarlas y controlarlas.
Los beneficios son numerosos y de distintos órdenes. Abarcan desde una mejora de los dolores crónicos hasta una mayor escucha y sensibilidad hacia nosotros mismos y hacia el mundo que nos rodea.
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